martes, 28 de septiembre de 2010

Dicen que esta noticia apareció en el New York Times:


Los directivos de una compañía de seguros intentan averiguar por qué nadie se percató de que uno de sus empleados estaba muerto, sentado en su mesa, durante cinco días tras sufrir un infarto sin que nadie se interesara por él ni le preguntara qué le ocurría. George Turklebaum, de 51 años de edad, que trabajaba en una aseguradora de Nueva York desde hacía 30 años, compartía oficina con otros 23 trabajadores. El lunes por la mañana llegó discretamente a trabajar, pero nadie notó que no se marchó hasta que el sábado por la mañana el personal de limpieza le preguntó qué hacía trabajando un sábado. Su jefe declaró: "George siempre era el primero en llegar por la mañana, y el último en marcharse por la noche, por lo que a nadie le pareció extraño que estuviera en su sitio sin moverse ni decir nada. Era bastante reservado y su trabajo le absorbía".

Moraleja: No llegues al trabajo el primero, ni te vayas el último. Da una palmada de vez en cuando a tus compañeros a ver qué pasa. Y no trabajes demasiado porque nadie se va a dar cuenta.