miércoles, 10 de noviembre de 2010

VERÓNICA DECIDE (Artículo de Ángela Becerra)


Parece el inicio del título de uno de los libros de Coelho pero, desgraciadamente, la historia no es ficción. La pesadilla de Verónica Fernández es una flagrante prueba de una injusticia de nuestra justicia. El juzgado de instrucción número 1 de Ocaña (Toledo) acaba de condenar a Verónica a 15 días de trabajos en beneficio de la comunidad por haber llamado violador, hijo de puta y pederasta al animal que desde los 3 años la ha ido matando de a poquitos. Ella decidió hablar.

El hombre al que ella llamaba papá, el que le quemó sus juguetes a sus tres añitos, el que la hacía sentar sobre un brasero y le hacía beber su orina; el que la sacaba desnuda al balcón en las madrugadas heladas y la llevaba el cementerio a darle duro; el que la introdujo en su vagina una y otra vez sus sucios dedos y un mortero; el que la obligaba a hacerle continuas felaciones y la hacía dormir con un cuchillo bajo la almohada mientras la violaba, para estupefacción de ella, sigue libre y coleando. Caminando con su arma entre las piernas, a pesar de que lo denunció en el año 2007.

Mientras los políticos que mandan siguen mirando encuestas de posibles triunfos, la realidad de esta ciudadana, que busca amparo en las instituciones, es un caso que sigue sin resolver. Señores, ¿qué demonios hacen con el poder? Ustedes no están para calentar sillones. Están para impartir justicia. Demuestren de una puñetera vez que para algo sirven

(Ángela Becerra, diario ADN 10 de noviembre de 2010)

martes, 9 de noviembre de 2010

DECÁLOGO SIVANANDA PARA PRACTICANTES



  1. Sé sobrio y equilibrado. Cultiva una vida, pensamiento y conducta rectos.

  2. Haz el suficiente ejercicio en forma de una sencilla rutina de asanas y pranayama.

  3. Siéntate cada día en una postura en la que puedas permanecer inmóvil durante un rato, espira lenta y profundamente, luego inspira y retén la respiración. Exhala muy despacio a continuación. Conseguirás tener una mente firme y tranquila.

  4. Respira conscientemente mientras caminas.

  5. Come con moderación alimentos frescos, nutritivos y fáciles de digerir y ayuna de vez en cuando.

  6. No hables, ni comas, ni duermas demasiado. Reduce tu cantidad de pensamientos. No dejes que tu mente vagabundee.

  7. Busca unos minutos cada día para la meditación en silencio, preferiblemente en las horas tempranas de la mañana y del atardecer. Sé regular en tu práctica. Libérate en lo posible de las emociones, la ansiedad y los sentidos.

  8. Incorpora a tu vida la paciencia, la perseverancia, la compasión, el amor y el perdón a los seres que te rodean y a tí mismo.

  9. Cultiva siempre pensamientos positivos y sublimes. No olvides que te conviertes en lo que piensas, formando así tu propio carácter. Sé consciente de que con tus pensamientos creas la realidad que vives y te rodea.

  10. No generes la mínima pena, dolor o infelicidad a nadie. Conserva tu energía mental y utilízala para la meditación y el servicio útil a la humanidad.