- Sé sobrio y equilibrado. Cultiva una vida, pensamiento y conducta rectos.
- Haz el suficiente ejercicio en forma de una sencilla rutina de asanas y pranayama.
- Siéntate cada día en una postura en la que puedas permanecer inmóvil durante un rato, espira lenta y profundamente, luego inspira y retén la respiración. Exhala muy despacio a continuación. Conseguirás tener una mente firme y tranquila.
- Respira conscientemente mientras caminas.
- Come con moderación alimentos frescos, nutritivos y fáciles de digerir y ayuna de vez en cuando.
- No hables, ni comas, ni duermas demasiado. Reduce tu cantidad de pensamientos. No dejes que tu mente vagabundee.
- Busca unos minutos cada día para la meditación en silencio, preferiblemente en las horas tempranas de la mañana y del atardecer. Sé regular en tu práctica. Libérate en lo posible de las emociones, la ansiedad y los sentidos.
- Incorpora a tu vida la paciencia, la perseverancia, la compasión, el amor y el perdón a los seres que te rodean y a tí mismo.
- Cultiva siempre pensamientos positivos y sublimes. No olvides que te conviertes en lo que piensas, formando así tu propio carácter. Sé consciente de que con tus pensamientos creas la realidad que vives y te rodea.
- No generes la mínima pena, dolor o infelicidad a nadie. Conserva tu energía mental y utilízala para la meditación y el servicio útil a la humanidad.
martes, 9 de noviembre de 2010
DECÁLOGO SIVANANDA PARA PRACTICANTES
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario