domingo, 8 de agosto de 2010

SUEÑOS SEMILLA



En el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo interno
como si fuera una semilla,
de alguna manera pequeña e insignificante, pero también
pletórica de posibilidades.
Y veo en sus entrañas el gérmen de un árbol magnífico,
el árbol de mi propia vida en proceso de desarrollo.
En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu
del árbol que será después.
Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol,
cayendo en tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan,
expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de flores y frutos
para poder dar lo que tienen para dar.
Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol.
Y tantas son las semillas como son los sueños secretos.
Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el momento
de germinar, echar raíces y darse a luz, morir como semillas...
para convertirse en árboles.
Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan,
en su solidez,
que oigamos nuestra voz interior;
que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños semilla.
Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos y señales
de toda clase, en cada hecho, en cada momento, entre las cosas
y entre las personas, en los dolores y en los placeres, en los triunfos
y en los fracasos.
Lo soñado nos enseña, dormidos o despiertos,
a vernos,
a escucharnos,
a darnos cuenta.
Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos
o en relámpagos de lucidez cegadora.
Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos...
Y, un día, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida,
las semillas de nuestros sueños se transformarán en árboles,
y desplegarán sus ramas que, como alas gigantescas, cruzarán el cielo,
uniendo en un sólo trazo nuestro pasado y nuestro futuro.
No hay nada que temer...
una sabiduría interior las acompaña...
porque cada semilla
sabe
cómo llegar a ser árbol.


(Jorge Bucay?

No hay comentarios:

Publicar un comentario