Todos tenemos talento si sabemos descubrirlo. Algunos con suerte lo descubren ya de niños con facilidad y el apoyo de su entorno y otros deben esforzarse para hallarlo: a veces contra su familia y amigos. No hay tareas rutinarias; sólo hay modos rutinarios de hacer una tarea.
No se trata de cuán inteligente eres, sino de qué modo eres inteligente. Si haces algo a disgusto, acabas haciéndolo tan mal que al final no podrás ni pagar las factura. Las tareas que se hacen de forma rutinaria acaban yéndose al país donde las hacen por menos. Sólo quien innova retiene el valor.
Ser creativo no es un don que tienen algunos elegidos; es lo que nos hace humanos. Si eres persona, eres creativo. Y se aprende a ser más creativo como se aprende a leer. Es una facultad innata que todos desarrollamos.
¿Cuántos sentidos hay?
Oído, vista, olfato, tacto, gusto... y el sentido del equilibrio; el cinestésico o propiocepción (la percepción de uno mismo y su relación con el espacio)...y además el termoceptivo.
Pero sólo se piensa en los cinco sentidos por comodidad, que es la enemiga de la creatividad. Cuando algo nos parece evidente, no hacemos ningún esfuerzo por entenderlo.
La creatividad es como la vida, no es lineal. Puedes ser un niño creativamente viejo o un nonagenario creativamente joven. Y cada día el cerebro es diferente.
Se trataría de hacer dos viajes: uno hacia el interior de tí mismo y otro hacia el exterior para proyectar tu talento. Y no son trayectos siempre consecutivos: pueden ser simultáneos. Pase más tiempo conociéndose. Llegará un momento en que disfrutará de su propia compañía. Entonces encontrará y podrá sacar partido a su propia tribu creativa.
Tu mentor y tu tribu son quienes saben ver en tus fallos la semilla de tus éxitos. La creatividad es inteligencia aplicada a una tarea concreta.
La diversión incluye sudor, pero nadie arriesga, innova ni experimenta si no disfruta haciéndolo. Invente nuevos juegos con los juguetes de siempre; juegue a médicos con plumas de indio; replantee lo obvio hasta que deje de serlo... No acepte nada de antemano ni dé nada por sentado. Y compártalo todo.
Regale sus ideas y verá cómo por ensalmo aparecen otras mejores aprovechando el espacio que dejaron las que regaló. Si se ríen de sus ideas...¡ríase con ellos! Crear no es algo que te pasa, sino lo que haces cuando te pasa algo. Porque ser creativo no quita la energía: la da. Las horas parecen minutos; las ideas fluyen y tú con ellas. Estás fuera del mundo y al mismo tiempo dentro de él.
(Sir Ken Robinson, formador de innovadores. Autor de "El Elemento")
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